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La Coop: un nuevo modelo editorial

 

Bajo el nombre “La Coop.”, un grupo de editoriales independientes desarrollan acciones en conjunto con el objetivo de ganar visibilidad, buscando condiciones favorables en los costos de distribución e impresión. Este año tendrán su propio stand en la Feria del Libro.

Añosluz Editora, Conejos, Paisanita, Hudson, Vox, Azul, Alto Pogo, Santos Locos, Que diría Víctor Hugo, Audisea, Mágicas Naranjas y China Editora. Doce editoriales nacionales autogestionadas. Doce editoriales que intentan posicionarse en el mercado gracias al esfuerzo mancomunado de sus propios editores, quienes se encargan no sólo de la edición, la corrección y las largas lecturas que obligan llevar adelante una iniciativa de este tipo, sino que además proyectan las ventas, organizan su propia distribución y recorren el interminable listado de ferias que se suceden cada año.

Hace dos años, el Ministerio de Cultura implementó una política cultural para los sellos autogestionados, con la intención de ubicarlos dentro del mercado, dominado por los pesos pesados de la industria. A partir de ese momento, los responsables de estas editoriales comenzaron a pensar en una política federal que regulara el sector y administrara a las editoriales pequeñas. Fue así que decidieron agruparse y formar La Coop., con el claro objetivo de ganar visibilidad, no sólo en las librerías, sino también en las ferias, buscando condiciones favorables en los costos de distribución e impresión.

“Nos encontramos en distintos ámbitos, como en Zona Futuro, en la Feria del Libro, espacios que son continentes de muchos emprendimientos y proyectos editoriales. Todos los que formamos parte de La Coop veníamos, con nuestras propias editoriales, atravesando las mismas etapas. Después de muchos encuentros vimos que teníamos puntos similares en nuestras experiencias: dificultades con las imprentas, con la distribución y con la visibilidad de los libros. Pensábamos parecido sobre una posible política editorial. A partir de ahí fue decantando la idea y decidimos juntarnos para organizar el trabajo”, asegura Marcos Almada, editor de Alto Pogo.

A medida que pasó el tiempo, cada integrante de La Coop comenzó a absorber trabajo de las demás editoriales, sin descuidar el funcionamiento interno de sus propios proyectos. “La idea era ganar espacios en las distintas ferias que se organizan en el país y trabajando juntos comenzamos a ver frutos que solos no hubiéramos podido conseguir. Pensamos en rediseñar todo el trabajo que lleva tener una editorial. Con el tiempo fuimos redistribuyendo las tareas y ganamos terreno y visibilidad en las librerías y en las ferias. Ahora, cuando viajamos, lo hacemos en conjunto y logramos abaratar costos “, contó a Autogestionadas Paula Brecciarolli, editora del sello Conejos.

Hacia un modelo de autodistribución

La Coop., que acaba de presentar los documentos correspondientes para asociarse como cooperativa, empezó con ocho editoriales y llegó a agrupar a catorce. Durante el año y medio de existencia ganaron experiencia en el sector y descubrieron las falencias y obstáculos que se presentaban. Uno de esos obstáculos es la distribución. Hoy, depender de una distribuidora supone adaptarse a sus condiciones.

“Nos preguntamos por qué las casas editoriales independientes no podían armarse como los grandes grupos editoriales. Fue así que empezamos a armar un sistema de distribución interno. Analizamos los proyectos actuales y determinamos que esto es una cuestión importante para la venta. Tener nuestra propia distribuidora va a ser rentable, ya que junto con las librerías, las grandes distribuidoras se quedan con más del 35% del valor real del libro”, contó Marcos Almada.

En el mismo sentido, Paula Brecciaroli explicó que “con un distribuidor propio podemos proyectar las mesas de oferta en las librerías. Lograríamos que haya movilidad de los libros y nos brindaría la posibilidad de controlar cuántos se venden, cuantos hay, cuantos entran. Es una forma de hacer prensa constantemente. Podemos hablar con los libreros, promocionar nuestras propias publicaciones. También pensamos asociarnos con otras cooperativas de distintos puntos del país para ir armando un espacio conjunto. De esa forma, habría una política para lograr que no se paguen precios altos por los libros, encarecidos por la distribución. Así podríamos establecer también las formas de pago de las librerías”.

“En los libros de poesía y narrativa argentina no va a repercutir”

La semana pasada, el ministro de Cultura, Pablo Avelluto, junto al ministro de Producción, Francisco Cabrera, confirmaron que se levantaron las restricciones que impedían el ingreso de libros impresos en el exterior, una medida que “apunta a promover la pluralidad de voces y democratizar el acceso a los libros provenientes del extranjero y fortalecer el vínculo cultural del país con la región y el exterior”. El objetivo de esta apertura, según evidenciaron desde ambas carteras nacionales, “es incrementar la diversidad bibliográfica y favorecer la libertad de elección de lectores argentinos”.

Tras este anuncio, varios editores nacionales comenzaron a levantar la voz y advirtieron sobre el peligro que podrían correr los pequeños sellos autogestionados. Con respecto a este punto, Juan Alberto Crasci, editor de Añosluz Editora, aseguró que ellos no competirán con ese público. “Lo que puede llegar a repercutir en editoriales como nosotros son las traducciones. Con la apertura va a ser más barato traer los libros publicados afuera. La preocupación va a estar en los costos. Las imprentas no van a bajarlos. Si apuntás a hacer competitivo el mercado con esa mano mágica, pero al mismo tiempo hundís a las pymes o a sectores que se van a ver complicados, esta decisión va a ser imperfecta”.

“Están proponiendo un desafío con obstáculos. Lo interesante es que las cosas sean claras. Que digan que abren las importaciones para favorecer a un sector del mercado editorial. Así como abrimos nuestro mercado, deberíamos tratar de exportar nuestra cultura. Esto no tiene que asustarnos, tenemos que seguir trabajando y evaluar si la economía nos beneficia o nos hunde”, finalizó Marcos Almada.

Fuente: Autogestionadas

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