El impacto de la Economía Verde sobre las Mujeres y los Bosques
Los bosques de la “Economía Verde” refuerzan la noción colonialista de pretender “conservar” una colección de especies que deben permanecer sin interacción humana. La negación del papel que durante miles de años cumplieron los pueblos de los bosques en su conservación, afecta en especial a las mujeres.
Declaración del Movimiento Mundial por los Bosques
A Berta Cáceres y al Pueblo Lenca, ¡la lucha continúa!
En el mes de marzo se conmemoran dos fechas importantes: el Día Internacional de la Mujer y el Día Internacional de los Bosques. Las mujeres cumplen un papel fundamental en la conservación y en las luchas por la defensa de los bosques, del agua y de los territorios. La mal llamada “Economía Verde”, enraizada en el sistema capitalista patriarcal, genera y profundiza las injusticias de género, impactando en especial y de forma diferenciada a las mujeres. En los últimos años, las discusiones “oficiales” en torno a la importancia de los bosques han cobrado notoriedad, a tal punto que en el 2013 la asamblea de las Naciones Unidas decidió lanzar el Día Internacional de los Bosques con el objetivo de concientizar sobre la importancia de los mismos. Sin embargo, las discusiones no se centran en el abordaje de las causas directas y subyacentes de la deforestación, sino todo lo contrario. Los bosques, y la diversidad biológica que ellos albergan, han sido reducidos a un conjunto de elementos que proveen de “servicios ecosistémicos”, a los que se les ha asignado un valor económico que permite ampliar la escala y magnitud de los negocios. A este proceso se lo conoce como “Economía Verde” (1), y es intensificado por la errónea definición de bosques utilizada por las Naciones Unidas y la FAO, que no los distingue de los monocultivos de árboles (2). La “Economía Verde” no tiene que ver con transformar la economía actual en otra no perjudicial que respete los bosques y por tanto que reconozca la importancia de los pueblos que dependen de los mismos. Todo lo contrario, sus promotores buscan algo muy diferente. Los bosques de la “Economía Verde” refuerzan la noción colonialista de pretender “conservar” una colección de especies que deben permanecer sin interacción humana. La negación del papel que durante miles de años cumplieron los pueblos de los bosques en su conservación, afecta en especial a las mujeres. Son precisamente las mujeres quienes cumplen un rol fundamental en la conservación y uso tradicional del bosque, la trasmisión del conocimiento tradicional, el abastecimiento de alimentos, agua y medicinas para las comunidades. Además, tienen un papel preponderante en las luchas de resistencia por la defensa de sus territorios. La propagación de los proyectos de compensación, como REDD+ y los mecanismos de compensación de biodiversidad, donde las empresas contaminadoras responsables de la deforestación pueden continuar con sus actividades argumentando que están “compensando” la destrucción generada, ha sido facilitada por la “Economía Verde”. Así, los bosques son puestos al servicio de la misma economía opresiva y patriarcal que continúa incambiada, con su secuela de destrucción. Y ¿qué ha pasado con las mujeres en este empuje de la “Economía Verde”? Los proyectos de “conservación” –como REDD+- suelen imponer a las comunidades un sinfín de restricciones en el uso tradicional de los bosques, argumentando que ese uso tradicional es el principal responsable de la deforestación. Mientras tanto, permiten expandir la explotación petrolera, gasífera y minera, las plantaciones industriales de monocultivo, la construcción de mega carreteras y represas, entre otros. Los proyectos y programas tipo REDD+ han evidenciado como éstos en su mayoría han cambiado drásticamente la vida de las comunidades que dependen de los bosques, siendo impuestos sin la debida consulta, ni mucho menos consentimiento, y las han privado del acceso a territorios y bosques vitales para su supervivencia (3). Las comunidades que conviven con los bosques por inmumerables generaciones, confrontan leyes, reglamentos y contratos que buscan prohibirles el seguir con sus tradiciones, formas de sustento y estilos de vida. Asimismo, aquellas comunidades que confrontan la creciente explotación capitalista deben seguir confrontando el despojo, contaminación y violencia que ésta conlleva. En este contexto, las mujeres se ven afectadas de sobremanera. El sistema patriarcal imperante ha asignado a las mujeres los roles de proveer la alimentación, las tareas domésticas, y el cuidado de la familia. La prohibición y restricción del uso del bosque implica una mayor carga de trabajo y mayor dificultad para llevar adelante las tareas de agricultura de subsistencia, recolección de agua, medicinas, etc. Pero además, el aumento en la carga de trabajo limita aún más la posibilidad de las mujeres de participar activamente en procesos de toma de decisiones, en los cuáles las mujeres son muy importantes y que a su vez le son de suma importancia. La Alianza Global de Pueblos Indígenas y comunidades sobre cambio climático y frente a REDD+ señala que “está claro que REDD+ constituye una nueva forma de violencia contra la mujer porque limita o prohíbe el acceso a las mujeres a la tierra en donde cultivan, cosechan comida o consiguen agua para sus familias” (4), actividades que están en su gran mayoría en manos de las mujeres en las comunidades rurales del mundo. Considerando además que las mujeres poseen menos, heredan menos, y en general tienen menos acceso a los bienes de la comunidad. Otro de los impactos negativos específicos sobre las mujeres que ya han generado los proyectos de la “Economía Verde”, es el aumento de la violencia por parte de la policía que las empresas o estados contratan para la vigilancia de dichos proyectos. Hay numerosos relatos de mujeres sobre la violencia que ejerce la policía al irrumpir en las casas, portando armas y sin autorización (5). Al atacar la soberanía alimentaria, el territorio y la autonomía de las comunidades, se ataca directamente el papel vital de las mujeres. La lógica de la “Economía Verde” aumenta los intereses económicos y políticos sobre los territorios. Mientras que por un lado los mecanismos de compensación facilitan las actividades extractivas, de plantaciones, represas, infraestructura, etc., intensificando la destrucción, por el otro, el acaparamiento de bosques por los proyectos de “conservación”, que albergan los “servicios ecosistémicos” ansiados por el capital, aumentan aún más la presión sobre los territorios. En consecuencia, también se han incrementado los conflictos y las luchas de resistencia frente a este doble acaparamiento de tierras. Esto a su vez ha dado lugar a la militarización y al uso de tecnologías, tales como satélites o drones, y medidas especiales de vigilancia y supervisión sobre las comunidades que viven en zonas de bosque que han sido calificadas como proveedoras de “servicios ecosistémicos”, lo que aumenta significativamente la violencia. Las mujeres son tan centrales en los procesos de resistencia frente a la “Economía Verde” como en aquellos de construcción de otros caminos hacia una transformación radical, solidaria y reivindicatoria. Como bien lo afirmó Berta Cáceres, luchadora y defensora del territorio y pueblo Lenca: “En nuestras cosmovisiones, somos seres surgidos de la tierra, el agua y el maíz. De los ríos somos custodios ancestrales el pueblo Lenca, resguardados además por los espíritus de las niñas, que nos enseñan que dar la vida de múltiples formas por la defensa de los ríos, es dar la vida para el bien de la humanidad y de este planeta… Nuestras conciencias serán sacudidas por el hecho de estar solo contemplando la autodestrucción basada en la depredación capitalista, racista y patriarcal”. Ejemplos de organizaciones y luchas guiadas por la fuerza de las mujeres son incontables. Mujeres andando juntas, aprendiendo y construyendo solidaridades y creando formas de lucha y resistencia creativa y valiente. Nos solidarizamos con las luchas de las mujeres en defensa de los bosques y territorios.
Notas (1) Ver el Boletín 222 del WRM. “Economía Verde, inmunidad a los criminales”, aquí (2) Ver el video del WRM sobre la promoción de la FAO por el día internacional de los bosques, aquí (3) Ver el libro del WRM, “REDD una colección de conflictos, contradicciones y mentiras”, aquí (4) http://www.ienearth.org/... (5) http://wrm.org.uy/...
Fuente: Biodiversidad en América Latina y el Caribe