Cuba: Cooperativas de la construcción
Quienes han pasado por los alrededores del Complejo Neptuno Tritón, el Hospital América Arias o el reparto San Agustín, seguramente han percibido el desarrollo de obras constructivas en estas áreas; pero muchos no imaginan que parte de la mano de obra que impulsa estas labores está integrada por trabajadores de cooperativas de la construcción.
Surgidas en 2014 como parte del proceso de actualización del modelo económico y social cubano, las cooperativas no agropecuarias se han ido insertando en los flujos económicos del país, y de su experiencia hoy pueden recogerse aciertos y desaciertos, imprescindibles para trazar el rumbo de la economía nacional en los próximos años.
A veces sobrestimadas, otras subvaloradas como una forma de gestión que aporta igualmente al país, las cooperativas de la construcción han resuelto problemas concretos a los que las empresas estatales no podían dar respuesta y han demostrado que es posible impregnar mayor sentido de pertenencia a uno de los sectores más deprimidos, demandados y cuestionados en el país.
A dos años del inicio de este experimento, Cubadebate inicia con este reportaje una serie de trabajos que pretenderán acercarse a la experiencia de esta nueva forma de gestión. ¿Cuáles han sido sus principales resultados? ¿Cómo interpretarlos? Acompáñenos hasta el fin de esta serie, y encontremos respuestas juntos.
El nacimiento de una cooperativa
Crear y desarrollar una cooperativa no es asunto fácil; se trata de una forma diferente de gestión, por lo que exige concebir de manera distinta cada etapa dentro de la organización del trabajo. Luego de más de un año de empeño, Osmany Jesús Batista se enorgullece de los resultados alcanzados en AUTOCHAPT, una cooperativa del Ministerio de la Construcción que proviene del sector estatal y que se dedica a la chapistería, pintura y tapicería de carros.
“Esto comenzó como cuando empieza un niño a caminar. Tenía experiencia como director de empresas, y quise eliminar cosas del sistema estatal, pero también tomar otras. Mis sistemas de organización son de la empresa estatal, porque yo fui formado en ella, pero también aparté muchos problemas que teníamos antes.Una cooperativa lleva mucho trabajo y disciplina, pero hemos logrado mayor sentido de pertenencia y eliminamos la corrupción”.
Pero por supuesto que no ha sido idéntica la experiencia de cada una de las 70 cooperativas de la construcción aprobadas hasta la fecha, por eso Batista dice que todos los presidentes de cooperativas deberían unirse, para aprender de las buenas y malas prácticas.
Para Enrique Guillén Toledo, administrador de la Cooperativa Frio Sistem, la creación de la misma ocurrió a partir de una iniciativa de los socios fundadores, los cuales poseían una alta calificación en el sector de clima y refrigeración, pero estaban jubilados o trabajando en sectores diferentes a su especialidad.
“Es una cooperativa pequeña pero fuerte en el campo de clima centralizado y la refrigeración. En un inicio éramos 10 asociados de los cuales unos estaban jubilados -como es el caso de nuestro presidente-, y otros -como un técnico en automática y un ingeniero-, vendían pececitos o trabajaban en una paladar. Lo más importante de todo es que, al tener varios especialistas respetados en el campo del clima, no tardamos mucho en tener buena clientela, aunque eso sí, siempre existieron recelos entre los primeros clientes”.
Desde la visión de Manuel Molinero, presidente de la cooperativa Sayla, dedicada a la construcción: “El proceso de constitución de una cooperativa suele ser a veces traumático. En nuestro caso, desde que presentamos el proyecto hasta que lo logramos, fue un año y cuatro meses de espera. Todo el mundo está aprendiendo, y por idiosincrasia del cubano todo el mundo quiere protegerse, todos los organismos ponen una traba”.
Precisamente la demora en la constitución de las cooperativas ha sido uno de los temas señalados por los entrevistados. Desde el inicio del experimento, el MICONS ha tramitado 352 expedientes, de estos autorizados 70 y 69 son las entidades constituidas. Sobre ello reflexionaba el presidente cubano Raúl Castro en su Informe Central al VII Congreso del Partido Comunista de Cuba, cuando señalaba de manera crítica:
“En esta actividad también se han producido algunos logros, pero igualmente se han puesto de manifiesto deficiencias, que parten de la insuficiente preparación y divulgación de la política aprobada y las normativas emitidas, inadecuada organización y control de la contabilidad, aumento de los precios y restricciones para acceder a suministros y servicios en el mercado mayorista. Al propio tiempo ha resultado inapropiada la conducción y control de este experimento por las instancias correspondientes, razón por la que decidimos concentrar el esfuerzo en consolidar las cooperativas ya creadas y avanzar con gradualidad”.
En la primera etapa del experimento, los datos evidencian que los resultados hasta el momento no reflejan las experiencias de cada lugar del país, pues si bien es La Habana la provincia que cuenta con mayor número de cooperativas constituidas (42), provincias como Villa Clara, Cienfuegos, Ciego de Ávila, Las Tunas y la Isla de la Juventud, no han echado a andar el experimento.
De acuerdo con Pedro Pablo Seara, director de Organización en el Ministerio de la Construcción (MICONS), estas ausencias se resuelven en el quinto paquete de propuestas de cooperativas, aún en espera de aprobación.
Hay que ganarse el derecho a ser socio de una cooperativa
“Hay un principio que plantea que las cooperativas cubanas se basan en el aporte del trabajo de sus socios. ¿Cuál es el principio? Que todos los socios participen en el trabajo que realiza la cooperativa, y disminuir los índices de servicios contratados”, asegura Seara.
Para cumplir el principio de incorporación de mayor número de socios a las cooperativas, la ley estipula que es posible contratar trabajadores hasta un período de 3 meses; luego de cumplido este tiempo, la junta directiva de la cooperativa debe evaluar si sumarlo como socio de la cooperativa o prescindir del contrato.
Cuando arrancaron las 69 cooperativas del MICONS contaban con 518 socios, mientras que al cierre de diciembre de 2015 ya sumaban 3127, lo que evidencia que han crecido 6 veces, con la misma cantidad de cooperativas.
Sin embargo, para la mayoría de los entrevistados, se impone una revisión de este punto, atendiendo a las especificidades del sector de la construcción.“La construcción no es muy ideal para la forma de producción cooperativa: es nómada, el productor se mueve para donde está el cliente. No es como una cafetería donde los clientes llegan a ella. Los asociados plantean que la limitación de tres meses los afecta, y que debía hacerse contrato por obra o trabajo terminado. ¿Te imaginas hacer a un electricista socio y que trabaje solo una semana? Entonces, o te buscas una persona buena en todo, o se complejiza el tema de hacer socio a un trabajador que solo tiene trabajo al final de la obra”, argumenta Seara.
Esta problemática la vive con frecuencia el presidente de la cooperativa Sayla: “A veces los trabajos de la construcción son largos. A los tres meses, si no terminaste el objeto de obra, tienes que, o convertirlo en socio, o cerrarle el contrato. No da tiempo en tres meses para que un operario por su calidad se gane el derecho de ser socio. Entonces, a veces debes prescindir de un trabajador sin haber terminado la obra y volver a buscar gente para que concluya”.
No obstante, para los integrantes de la cooperativa especializada en clima y refrigeración, este no es un gran problema, pues continuamente contratan mano de obra extra para sus labores.
“Trabajamos con cuentapropistas, por lo que nuestra plantilla puede llegar a 20 o 21 personas. Normalmente son contratos de labores específicas que no atendemos. Recientemente hemos recibido ya la aprobación del Ministerio para la ampliación de nuestro objeto social, y estas personas de las cuales te comenté nos son muy oportunas”, agregó Guillén Toledo.
El dilema de los materiales
En un país donde la demanda de materiales de la construcción sigue siendo mayor que la oferta, el acceso a materias primas imprescindibles para el trabajo de las cooperativas de la construcción se torna a veces complejo, ante insuficiencias del mercado mayorista.
A partir del 2 de mayo de 2016, entró en vigor una norma que permite a las cooperativas no agropecuarias y cuentapropistas en sistema de arrendamiento comprar los insumos directamente a las entidades productoras y empresas mayoristas, con lo que corporaciones como Cimex, Copextel, Seisa, Acinox, comenzarán a tributar logísticamente a estos actores de la economía nacional.
Explica Pedro Pablo Seara que, según está establecido, las cooperativas pueden ir a la empresa de cemento y firmar contratos. “Lo único que varía es el precio. Las cooperativas no adquieren los productos al mismo precio que la empresa estatal, ellas compran por el precio del MINCIN, y se les hace un 20 por ciento de descuento”, argumenta.
Pero en relación con este tema, hay varias insatisfacciones.
“Fuimos de los agraciados a los que se nos autorizó a ser clientes de Almacenes Universales, del CIMEX, y ahora estamos a la expensa de una aprobación para comprar en las TRD por el sistema de cheque. Yo soy cliente de Escambray, y como tengo varias opciones de proveedores siempre resuelvo”, dice Molinero; pero aunque su experiencia no ha sido de las peores, no deja de reconocer que hay materiales que se complican.
En su criterio, la industria de materiales de la construcción no responde al proceso inversionista que está haciendo el país. “Por eso nosotros hemos pensado hacer nuestros propios materiales. Hemos rechazado productos por la calidad. Por ejemplo, tú no puedes coger una puerta de pino para ponerla en la entrada del Neptuno Tritón.”
Para otras actividades específicas, como las de chapistería, pintura y tapicería que desarrolla la cooperativa AUTOCHAPT, a veces se complica la adquisición de lijas, gases y aparejos. Según nos explican ellos tienden a adquirir los materiales en mayoristas como Almacenes Universales, SASA, CIMEX, bajo la máxima “no puede ser que no exista”, pero reconocen que en ocasiones han enfrentado serios problemas para adquirir ciertos materiales.
Una situación más compleja viven cada día los asociados a Frio Sistem, entidad especializada en servicios de clima y refrigeración a gran escala, para los cuales el mercado nacional es casi nulo.
“El hecho de tener que depender del cliente para ejecutar nuestras acciones constructivas o de mantenimiento es un problema, porque muchos de ellos no son especialistas en clima, y eso ocasiona que cuando uno le dice al cliente de una fábrica de medicamento `necesito 4 válvulas de tal tipo’ te miran con los ojos bien abiertos, porque eso no es el campo de ellos… Pero decirles a ellos que te busquen filtros, válvulas de expansión, termostatos u otros implementos es una aberración y este mecanismo en la práctica funciona poco o mal. Yo espero realmente que el MICONS lo resuelva para que nosotros podamos hacer cosas mejores”, alertó el administrador de la cooperativa.
Agregó además que, aunque entidades como la Empresa Escambray, Coopextel y Almacenes Universales les brindan servicios mayoristas, los insumos necesarios para ejercer su actividad no son los óptimos.
“Muchas veces estas entidades importadoras y comercializadoras solo cuentan con equipamiento de clima doméstico o splits, pero para equipos grandes de refrigeración o clima centralizado no hay casi nada y entonces es una lucha constante ofrecer un servicio de calidad. En ocasiones uno va a un cliente y solo le podemos dar mantenimiento a los equipos, los limpiamos, o los engrasamos. Pero, por ejemplo, a la hora de cambiarle el filtro, no hay filtros, y no podemos ofrecer un servicio completo”, explicó Guillén Toledo, administrador de la Cooperativa Frio Sistem.
Harina de otro costal son los problemas con la transportación. A algunos cooperativistas se les complica el acceso a transportes, por lo que la tendencia es acudir a los rastros municipales, generando desabastecimiento en espacios dedicados a la venta para la población.
“Hay mecanismos para actuar en los temas de transportación”, explica el presidente de Sayla. “Cuando necesitamos una concretera se la alquilamos a la empresa de Talleres de La Habana, un compresor igual. A veces hay dificultades, pero ellos tienen la opción de brindarnos el servicio y lo buscamos por diferentes particulares”, asegura el presidente de Sayla, quien suma 58 obras abiertas desde Cayo Santa María hasta Pinar del Río, entre las que sobresalen la terminal de ferrocarriles de Matanzas, el pediátrico de Marianao, el hospital William Soler, entre otras.
“No obstante-agrega- trabajar en el turismo me fue difícil, tal es así que había una Resolución que prohibía trabajar en el turismo a las cooperativas. El turismo tenía antes sus propias empresas constructoras. Ganaba la licitación un trabajador por cuenta propia más rápido que una cooperativa. Ya hemos logrado demostrar nuestra viabilidad”.
En el caso de la cooperativa de refrigeración Frio Sistem, han trabajado solamente con entidades estatales hasta el momento.
“Nuestra clientela es absolutamente estatal, que abarca una proporción importante de La Habana. Hemos trabajado en cuatro fábricas de la biotecnología y 5 inmobiliarias. Ahora mismo nos queda una y estamos negociando el contrato con ellas. También hemos intervenido en una buena cantidad de hoteles de Habagüanex y aquí en Habanos S.A .”
Una de las peculiaridades de la cooperativa Sayla ha sido la incorporación a las obras sociales.El equipo de Sayla trabaja hoy- dentro del sistema de la salud-, en hospitales como el América Arias, el pediátrico de Marianao, el William Soler, el Nacional y el Pediátrico del Cerro; mientras que también se han sumado a la construcción de viviendas.
“En San Agustín, nos hemos hecho dueños de los edificios, pues los estamos rehabilitando; y en Centro Habana, el año pasado rescatamos 6 manzanas, mientras que para este año tenemos contratados casi 4 millones de pesos con la vivienda de ese municipio”.
Pero lo que parecía en un inicio una de las principales razones de ser de las cooperativas de la construcción: atender a las necesidades territoriales, hoy no es prioridad. Comprobamos que existe una tendencia a dejar a un lado las obras sociales, por proyectos que generan mayores dividendos.
De la cifra de cooperativas aprobadas, una ínfima parte ha trabajado en este sector. “Hay mucha gente que no quiere trabajar en los sistemas sociales del país, y sin embargo, la ley cuando se creó fue para darle respuesta a esto”, dice el presidente de Sayla.
“Como es moneda nacional, la tendencia es a buscar en el mercado lo que genere divisa en la contratación, porque les supone una ganancia importante”, considera Pedro Pablo Seara.
“En este punto se debe buscar un compromiso, yo a veces suplo el salario de la gente que tengo en San Agustín con eficiencia en otra obra”, propone Molinero.
Cumplir con lo acordado en los tiempos previstos
Al revisar los contratos de cooperativas como AUTOCHAPT, son bien enfáticos en cuanto al cumplimiento de los plazos y términos; y algunos de los clientes consultados dan constancia de ello.
¿Cómo logran ser eficientes estando esparcidos por tantas obras en todo el país, y al mismo tiempo cumplir los plazos?, le preguntamos al presidente de Sayla.
“A diferencia del sector empresarial, si aquí por la cantidad de trabajo necesito 3 hombres, son esos tres hombres, y el tiempo es que el que se conoce durará la actividad. No es igual que el sector empresarial que aunque lleva 3, por cumplir una fecha a veces poníamos 25. Eso es lo que nos ha dado el grado de eficiencia que tenemos”, responde.
¿Pero son tan eficientes las cooperativas?
Un promedio de 115 carros salen cada mes de los talleres con el logotipo de AUTOCHAPT, y alrededor de 1600 órdenes ejecutadas en el año son los resultados concretos de esta cooperativa, que en 2015 tuvo una producción que generó 71 millón 470 mil pesos, de los cuales fueron aportados al Estado 21 millón 640 mil, casi 100 mil pesos por cada socio.
De acuerdo con Seara, las cooperativas representaron en 2015 ingresos por 1252. 5 millones de pesos cubanos (MN), valores prácticamente similares a las del sistema empresarial del Ministerio de la Construcción. Sin embargo, si bien estos datos podrían saltar una alarma, exigen una mirada por dentro.
“En las cooperativas hay que tener en cuenta algunos indicadores en la forma de funcionar, porque al uno hablar de ellas, puede formarse una idea no real de esos resultados, si no conoce cómo es su estructura de gastos”, aclara Seara.
Por su parte, directivos de Frio Sistem aseguran que el 2015 para ellos fue todo un éxito.
Estructura de gastos de una cooperativa
Para entender la estructura de gastos de la cooperativa, hay que tener en cuenta tres elementos que intervienen en la formación del precio de la producción:la mano de obra, el gasto en materiales y la transportación y equipamientos, explica Seara.
Mano de obra: En una cooperativa, lo que perciben sus socios no es salario, y, por tanto, no va a gastos. Si se compara con el sistema empresarial, es como que a una empresa- que el 50 por ciento de sus gastos tiene que ver con mano de obra- se le quitara todo ese porcentaje como gastos y se le pasara a la utilidad, para luego distribuirlo entre los trabajadores. Pasarían a tener una rentabilidad del 70 por ciento.
Gasto en materiales: En una cooperativa, el precio de los suministros se forma a partir del precio minorista del MINCIN, menos un 20 por ciento del descuento. Como la mayoría trabaja con el Estado, y estas obras establecen sus presupuestos por el precio normal del comercio mayorista, la tendencia de las cooperativas es a que el inversionista le suministre los recursos, para evitar que, por ejemplo, la arena que al sistema empresarial le cuesta 23 pesos, les pase a costar 160 pesos. Por tanto, disminuye el gasto material, ya que el inversionista se lo suministra a un precio mucho más económico.
Transportación y equipamientos: Las cooperativas hasta hoy no tienen forma legal de adquirir equipos y formas de transporte. En este sentido, los principales gastos recaerían en la contratación de servicios de transportación.
Analizando estos tres puntos, se observa una tendencia a disminuir los gastos; lo cual hace difícil establecer comparaciones con el sistema empresarial.
Dualidad monetaria y cooperativas
“Uno de los temas más complicados es lograr que las cooperativas trabajen por el sistema presupuestario que está vigente en el país, que establece que hay presupuesto de gastos en CUC, y el resto de la oferta es en pesos cubanos”, enfatiza Seara, pues la doble moneda es otro de los elementos que distorsiona los resultados de las cooperativas.
“Las empresas trabajan a 1 por 1 y las cooperativas a 1 por 25. Cualquier inversionista pone en su presupuesto 60 millones y la cooperativa ejecuta mil 200 millones, porque multiplica por 25 la parte que cobre en CUC de una inversión. Esto es una distorsión absoluta, que dificulta la medición y que es una fuente de eficiencia ficticia, es por cambio, no porque haga más. Esa diferencia de 23 pesos es especulación, no es ganancia. Imagínate que cuando cobran 1 millón de CUC, estén refiriendo haber ganado 24 millones de pesos, mientras que para el sistema empresarial es solo 1 millón”, alerta Seara.
¿Cuánto ganan los socios de una cooperativa?
Haber logrado una media salarial de 4400 pesos mensuales es una de las principales satisfacciones de quienes laboran en las cooperativas de la construcción.
“Este es un experimento importante para entender el cambio de los trabajadores. La gente mía antes lo que estaba era inventando, y yo detrás de ellos. Cuando nos convertimos a cooperativa nos quedamos los mismos, más otros que se incorporaron; pero cuando la gente empezó a ver lo que ganaba, cambió por completo su sentido de la responsabilidad”, expone Osmany Jesús Batista, presidente de AUTOCHAPT, quienes ha logrado incrementar los salarios de 7500 a 8000 pesos mensuales.
“La distribución de los salarios funciona por actividades productivas. Por ejemplo, en tapicería ellos tienen un coeficiente sobre lo que tienen tazado, se cobra 250 CUC por tapicería, sobre ese coeficiente se le resta gasto de material que lo paga el operario y de lo que quede se le aplica el coeficiente, que aquí es el 20 por ciento. Existen coeficientes para cada actividad. Entonces, la dirección administrativa de la cooperativa gana el 2 por ciento de la producción. Siempre que cumplan el sistema de evaluación del desempeño se le paga el 2, sino cumple se penaliza y se paga el 1 por ciento”, detalla.
El presidente de la cooperativa Sayla, Manuel Molinero, quien ha logrado una media salarial de 4500 pesos, explica que esto ha generado problemas cuando se comparte una obra con trabajadores del sistema empresarial.
“Nos acusan de que los mejores operarios se han ido para las cooperativas, pero hoy la economía es fundamental en la vida de los cubanos. En la cooperativa, en comparación con el sistema empresarial, se gana más. El salario mío son 5000 pesos, y el de un jefe del otro lado con obras de inversiones, obras inducidas, es 650. Si yo le digo “ven conmigo y vas a ganar 5000 pesos”, por mucha convicción que tenga, es difícil decir que no”.
Por su parte, el administrador de Frio Sistem expresó que a los socios se les paga en dependencia de la calificación y el rendimiento. “Se les da un anticipo que se acuerda todos los meses, que normalmente es fijo y que varía solo si se va a estimular alguien. Nosotros pagamos entre tres y cinco mil pesos”.
El directivo agregó que el resto de las ganancias se distribuyen de varias maneras. Hay un dinero que se paga a finales del año, otra parte es para costear actividades culturales y recreativas. También destinamos parte de nuestras ganancias para actividades sociales; por ejemplo: un trabajador – el operario más destacado en la cooperativa- tenía problemas con su vivienda y le ayudamos con la compra de una casa.
Cooperativa: ¿El fin de la corrupción?
La respuesta ante esta pregunta no siempre es la misma, pues la realidad no ha sido igual en todas las cooperativas. Si para el presidente de AUTOCHAPT, incrementar el salario y asegurarles a los trabajadores un grupo de comodidades como desayuno, merienda y almuerzo significó el fin del robo; no todos piensan lo mismo.
Para el presidente de Sayla, esta forma de gestión no ha logrado dejar atrás el robo. “Hay quien te lleva el saco de cemento igual, nosotros tuvimos que sacar un grupo de cuatro o cinco cristaleros porque cogían los retazos del cristal y hacían sus negocios.”
Ante problemas como estos, lo principal para Molinero es hacerlos entender que con el robo en realidad no están ganando. “Un albañil te lleva un saco de cemento y lo vende en 100 pesos. Sin embargo, con ese mismo saco podría haber enchapado un baño por el que yo le pagaba 700 pesos. Está perdiendo. Ofrecer esas explicaciones me ha dado mayor productividad, avance físico de las obras y cuidado de los materiales”.
Por su parte, Batista ha establecido otro mecanismo en su cooperativa, donde cada trabajador debe acudir al almacén de la cooperativa y se le descuenta de su salario lo que toma. “No existe la necesidad de llevarse las cosas, porque hoy la lija le cuesta 1,25, en CUC. Antes las vendían porque no les costaba. El sentido es otro”.
Aprender sobre la marcha
No ha sido fácil para las cooperativas insertarse como una forma más que aporta igualmente a la economía nacional. A inconsistencias con la obtención de los materiales en el mercado mayorista, a la tendencia en algunos sectores a no entender a las cooperativas como una forma de gestión integrada al perfeccionamiento del modelo económico y social del país… se han sobrepuesto varias de las cooperativas de la construcción, y hoy miran hacia delante con proyecciones.
Entre aspectos que señalan deben corregirse, sugieren la creación de un organismo que pueda preparar a las cooperativas. “Esto cambia todo los días, la ley no cambia, pero la dinámica del trabajo sí, y los trabajadores deben estar preparados. Hemos dado pasos, tenemos organizado un sistema de seminarios los sábados. A lo mejor hay otros presidentes de cooperativas que por su preparación personal puedan darle respuesta a problemas que van surgiendo, pero nosotros a veces chocamos con cosas que no sabemos cómo solucionarlas”, dice Molinero.
Esa debilidad también la identifica AUTOCHAPT. “Hoy no se hace este trabajo en el mundo como lo estamos haciendo acá, llegará el momento en que para entrar a trabajar aquí los operarios tendrán que certificarse”, agrega Batista.
A los problemas aparecidos sobre la marcha en relación con la superación, ha sabido enfrentarse Frio Sistem, quienes cuentan con un programa de superación en el que los nuevos operarios intercambian con aquellos de mayor experiencia, y han podido desarrollar un programa de conferencias.
Otros temas, también preocupan a los cooperativistas. “El tema de la salud de los trabajadores es importante, no es solamente protección, los medios están, pero hay que coordinar que cada cierto período los trabajadores tengan una atención médica, se trabaja con muchos químicos, abrasivos”.
En su discurso ante el VII Congreso del PCC, el presidente cubano Raúl Castro llamaba a la reflexión, en torno a las deficiencias que aún subsisten en la experiencia de las cooperativas no agropecuarias. Identificar y corregir a tiempo los problemas y estudiar las experiencias de las cooperativas son dos puntos vitales en medio de la puesta en marcha de este experimento.
Fuente: Nodal Economía