Clave del Módelo Cooperativo
Un modelo en el que los que trabajan y producen son los dueños y los que toman las decisiones. Usualmente esto se traduce a un arreglo en el cuál cada miembro de la cooperativa tiene un voto en el proceso decisional.
Es normal que economistas y planificadores señalen diversos componentes que requerirían un plan de desarrollo económico integral. Se identifican sectores que hay que impulsar en relación a capacidades internas y al contexto internacional, un marco legal con herramientas apropiadas, fuentes de financiamiento, etc.
Lo que es raro es escuchar una discusión sobre las relaciones sociales que van a sustentar el modelo productivo de bienes y servicios. En otras palabras, se da como supuesto la empresa privada tradicional en la que, por un lado, hay dueños de propiedad y, por otro, empleados que reciben un salario. Este supuesto también está implícito en propuestas con buenas intenciones que quieren fomentar al empresario local que sigue cediendo terreno ante el capital foráneo que repatria ganancias.
¿Cuál es la alternativa a la empresa privada tradicional? La alternativa es una real, que existe desde el desarrollo histórico del capitalismo industrial. Me refiero al modelo cooperativo, un modelo en el que los que trabajan y producen son los dueños y los que toman las decisiones. Usualmente esto se traduce a un arreglo en el cuál cada miembro de la cooperativa tiene un voto en el proceso decisional.
Ya de salida se nota un contraste, por ejemplo, con el modelo corporativo, donde es una junta de directores la que toma las decisiones, esta junta a su vez elegida por los dueños de la corporación, cuyos votos dependen del número de acciones que posean. No es difícil comprender la aplicabilidad de la consigna “dinero es poder y poder es dinero” en esta situación.
¿Son exitosas las cooperativas? Hay mucha evidencia. Precisamente hace unos meses salió publicado un estudio preparado por Virginie Pérotine, una experta mundial sobre el tema, que examina el desempeño de cooperativas en Estados Unidos, América Latina y Europa. El estudio muestra que, en comparación con otro tipo de negocios, las cooperativas son más productivas, los diferenciales de salarios entre posiciones ejecutivas y no ejecutivas son menores, tienen una tasa de supervivencia similar, son más grandes en tamaño y no necesariamente son menos intensivas en capital.
Finalmente, el empleo es más estable que en otros negocios porque, por ejemplo, en vez de despedir a personas en una contracción económica, los miembros se pueden bajar colectivamente los salarios.
En países como Puerto Rico tenemos una rica tradición de cooperativismo en los sectores productivos y financieros que ha mostrado capacidad, no sólo de expandirse, sino para enfrentar la crisis y es por eso que debe ser un pilar fundamental en cualquier iniciativa socio-económica que quiera atender, por ejemplo, los problemas de desempleo y desigualdad de los ingresos y las riquezas. Sabemos que, durante los años 2006 a 2015, la compensación a empleados en Puerto Rico se redujo en un 3.7%, mientras que los ingresos a base de propiedad aumentaron en un 57%, esto en un contexto de una economía que no crece, lo que implicó una redistribución de la riqueza sustancial en un país que actualmente ocupa una de las primeras posiciones en la lista de países más desiguales del mundo.
El gobierno podría intervenir para redistribuir la riqueza de una manera más equitativa, pero ¿qué sucede cuando el gobierno sirve a esas élites cuya riqueza proviene precisamente del arreglo socioeconómico imperante junto a un marco legal que pretende representarnos a todos por igual?
La propuesta de darle más atención al modelo cooperativista se une a los reclamos a nivel mundial de democratizar espacios ante el embate neoliberal; en el modelo cooperativo aquellos que son afectados por las decisiones son precisamente los que directamente toman parte en el proceso decisional. Este andamiaje político-económico no es la solución para todos nuestros problemas, como es evidente cuando uno examina la relación entre el gobierno y el capital, pero si una pieza clave a tomar seriamente.
Fuente: Gestar Coop