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“Si no cambiamos de paradigma económico no vamos a poder parar esta máquina”

 

Invitada por el Tercer Festival Internacional de Cine Ambiental (FINCA), la periodista y documentalista Marie Monique Robin, estará presente para poder dar testimonio en varias charlas y participar de la muestra de varias de sus películas. Sus documentales tratan de la situación de los derechos humanos en distintas partes del mundo, especialmente en América Latina, y además de concentrarse en impacto en la salud y el ambiente del modelo de producción agroindustrial, también han reposado su mirada en las nuevas torturas estatales y los mecanismos de sumisión de los cuerpos.

 

¿Cómo te sentís con el foco que ha hecho el Festival FINCA sobre tus películas?

Un placer, es un honor para mí, además está muy ligado a mi experiencia con Argentina, porque fui una de las primeras que hizo un documental sobre la soja en el país, Argentina: La soja del hambre (Argentine, le soja de la faim, 2005) había algunos “loquitos” como yo digo, que veían el problema, pero eran casos aislados, ahora se ven algunas consecuencias de la utilización de transgénicos. Luego hice El mundo según Monsanto (Le Monde selon Monsanto, 2008), en Paraguay, porque ya había estado aquí y las siguientes películas que se verán tienen también imágenes rodadas aquí, como Crecimiento Sagrado (Sacree Croissance, 2015) sin contar Los escuadrones de la muerte, para mí muy importante. Siempre estoy filmando aquí y la gente me busca, mi trabajo aquí tiene un impacto muy importante.

¿Por qué crees que el cine en el último tiempo se ha vuelto tan necesario para difundir estas problemáticas? El cine, pero también los libros, mis trabajos han sido muy pirateados, hacen tantas copias que no sé ya qué se ve. En junio pasado estaba en un acampe en Malvinas Argentinas y unas madres me indicaron que un joven llegó con 300 copias de El mundo según Monsanto. Hay copias de mi trabajo en todas partes.

¿Cuánto tiempo previo le dedicas a la investigación de una película? Es muy difícil de decir, hay una acumulación previa de trabajo, no es específico. Hace un tiempo he decidido dejar de hacer films de denuncia para generar propuestas. La excepción fue El mundo según Monsanto, por la urgencia que había y el impacto sanitario que hay, porque está en todos lados, el agua, los alimentos, etc. Y volví porque era necesario hablar sobre esto, más que en Europa se debe autorizar o no la utilización del glifosato. Llevo más de 30 años haciendo esto, pero lo que cambió es que la situación mundial es muy grave, a tal punto que me he emocionado con la encíclica del papa sobre la situación ambiental, sin ser católica, el habló sobre la necesidad de cuidar la “casa” común que tenemos y por eso soy madrina del Tribunal Ambiental, cuya principal idea es la de poder hablar de una nueva figura ambiental llamada “ecocidio”, para aliviar el desastre ambiental y sus consecuencias. Si una “víctima” quiere hacer una demandas, se necesita mucho dinero, las empresas pagan y queda sólo en eso, como Monsanto, que paga y ya, pero esta figura llevará a la cárcel a los directivos.

¿Pero cómo se lucha con esas grandes empresas? A nivel internacional este Tribunal tendrá representación en La Haya que reconoce determinados crímenes, y que si un Estado lo pide, por eso esta organización, el nuevo crimen será considerado. Así el director, por ejemplo de Monsanto sabrá que podrá ir preso, para nosotros por eso es muy importante. La situación es tan grave, el cambio climático es tan evidente, viajé por el mundo durante un año y es evidente esto.

¿Te es más difícil conseguir hoy financiación para tus films? Depende de los temas, por eso cuando puse mi productora lo hice porque quería ser independiente de verdad, el 15 por ciento proviene del crowfunding, que compra el DVD antes de rodar y así consigo una parte para arrancar.

¿Alguna vez tuviste que rechazar financiación con otros intereses? No, por suerte no.

¿Cómo sigue el deterioro ambiental? ¿Cuánto tiempo la Tierra puede seguir aguantando? Es muy deprimente mi pensamiento, va a ser, para mí, muy difícil que la gente pueda sobrevivir, la destrucción es tremenda, el cambio climático es terrible, y no es lineal, sino que es exponencial, y en un punto esto se puede acelerar, y estamos muy cerca de él, las selvas están por ceder, los océanos están por perder el plancton, etc., si no cambiamos de paradigma económico no vamos a poder parar esta máquina.

¿Cómo fue tu trabajo para el desarrollo del libro y film Escuadrones de la muerte: La escuela francesa (Escadrons de la mort, l'école française, 2003)? Fue un trabajo increíble porque pude entrevistar a los militares, ellos creyeron que yo era una periodista de extrema derecha y me reconocieron que la desaparición forzada era un mecanismo de guerra, y yo no me di cuenta cuando las hacía que iban a tener tanto impacto. Terminé involucrada en varias causas, y fue algo grandioso para mí. Pude evidenciar algo que pasaba, aquí y en Francia, y los testimonios que recogí sirvieron para reabrir las causas al ver que tras la cancelación de las Leyes de Obediencia debida y Punto Final, recobran más fuerza. En Francia hubo prensa pero nada más, no se abrió una comisión parlamentaria sobre el hecho, por eso es un ejemplo lo que ha pasado aquí.

Fuente: Escribiendo Cine

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