Miel 100% argentina y cooperativa
Cooperativas apícolas de Corrientes lanzaron marca y nuevo envase de la miel que los productores asociados vienen produciendo. “Sol Nativo” es la denominación que identifica al producto fraccionado que ofrecen al mercado como resultado de una tarea conjunta entre las entidades con el apoyo de instituciones como Fedecoop y organismos estatales.
El logro de estos apicultores organizados es claro ejemplo de integración y puesta en práctica de uno de los principios fundamentales de la doctrina: la cooperación entre cooperativas. Y es una muestra de cómo la conjunción de esfuerzos permite cristalizar emprendimientos destinados a mejorar la calidad de vida de sus protagonistas al darle valor agregado en origen a la producción, en este caso, de miel correntina y cien por cien pura. La idea surgió hace unos años. Los productores del sector sabían que sólo agrupados sería posible ubicar el resultado de su trabajo en el mercado externo. Y fue tomando forma a partir de la participación de cooperativas y asociaciones en el Consejo Apícola Provincial. Las experiencias iniciales se dieron en Goya y Monte Caseros. Salieron a exportación las primeras partidas a granel a través de sendas cooperativas que concentraron la producción en estos lugares para despacharlas al exterior, con participación también de asociaciones apícolas. Y fueron puliendo detalles, formalidades y cuestiones sanitarias con la meta de optimizar la operatoria. Hoy se encuentran en otra instancia. Ofrecen al mercado miel fraccionada en origen, con una marca única. Para ello, la Cooperativa Agropecuaria y de Electricidad “Monte Caseros” oficia de base del emprendimiento, ofreciendo su infraestructura para la maquinaria conseguida para el envasado y la gestión de cuestiones como la inscripción del nombre. En esta etapa sólo las cooperativas –ocho en total diseminadas en distintos puntos de la provincia- son las protagonistas de este proyecto, cuyo lanzamiento se realizó hace poco en la Casa de Gobierno correntina, con la participación de funcionarios nacionales y provinciales. La conjunción del esfuerzo entre estas entidades y el apoyo de ministerios nacionales, como el de Agroindustria y el de Ciencia Técnica; del área de Apicultura del Ministerio de Producción de la Provincia, de la mano de su coordinadora Natalia Livieres; como también del Inta, fueron necesarios para alcanzar esta instancia en un sector que encuentra su fortaleza no en el volumen individual sino en la organización de los productores, ya que se trata de numerosos apicultores que producen en pequeña escala pero que reunidos en cooperativas y asociaciones lograron su fortaleza. Y en esto resulta fundamental el rol de la Federación de Cooperativas de Corrientes (Fedecoop) que oficiando de respaldo es también una de los actores que permiten avanzar en el objetivo de estas entidades del sector, cuyo logro implica sin dudas la mejora en la calidad de vida de los asociados. Se suma al aporte de recursos económicos que desde hace varios años la organización provincial destina al sector para tareas en el aspecto sanitario y al otorgamiento en comodato de la sala móvil de extracción de miel (hace poco renovaron contrato con “Eireté Porá”, cooperativa apícola con sede en Loreto). Las estadísticas Corrientes cuenta con 551 apicultores, con un total aproximado de 27.606 colmenas; esto es aproximadamente unas 50 colmenas por productor. En la provincia los recursos naturales y su óptimo aprovechamiento permiten producir la miel sin uso de antibióticos, y con un manejo de mínimo estrés para las abejas. Es así que se logran variados tipos en función de la floración predominante: Miel de Citrus Miel de Esteros e Islas, Miel de Monte Nativo, Miel de Eucalipto, son algunas de las variedades. Todas tienen características organolépticas y de coloración muy diversas. El país vende al exterior el 95% de su producción, principalmente a granel y en un porcentaje menor, fraccionada y diferenciada además de producir subproductos para el mercado interno. En lo que se refiere al consumo de miel natural, en el caso específico de nuestro país, todavía aparece muy reducido en relación con el de otros países: en la Argentina se consumen alrededor de 180-200 gramos por habitante por año, cuando en países como Japón, Estados Unidos o Alemania el consumo ronda -y en algunos casos supera- el kilo per cápita.
Fuente: Cooperar