¿Es colaborativo el desarrollo?
Según Rachel Botsman, gurú inglesa del consumo colaborativo y autora de libro What’s Mine Is Yours: How Collaborative Consumption Is Changing The Way We Live, cuando se rompe la confianza o hay demasiados intermediarios, empieza la colaboración.
Ella y su charla en TEDx son responsables de que la revista TIME hable del consumo colaborativo como una de las 10 ideas que puede cambiar el mundo y que ya están trasladándose a diferentes ámbitos del desarrollo, como el económico, cultural y educativo, mediático y ético.
Son muchas las plataformas y aplicaciones en el ámbito de la economía y el consumo, la cultura o la educación que están recuperando la idea de economía de menos peldaños, rompiendo con el paradigma de consumo de los países desarrollados.
Ejemplos colaborativos
El ámbito mediático también acoge proyectos alternativos y de investigación a través del ensayo de nuevas fórmulas de colaboración. Un ejemplo es el proyecto Carro de Combate, que publica informes sobre el origen de los productos y las condiciones laborales en las que son fabricados por medio de pequeñas donaciones de mecenas.
Otro ejemplo es el portal Consumocolaborativo.com, un punto de encuentro sin intermediarios donde se promueve el intercambio de servicios: desde compartir wifi, comprar y vender entradas hasta intercambiar bienes y servicios en los bancos del tiempo o el micro mecenazgo.
Además, otros más conocidos como Blablacar, Airbnb o Netflix son ejemplos de negocio surgidos en Europa y EEUU con la filosofía de pagar por usar y no por comprar.
¿Nuevo mainstream?
En 2013 se movieron casi 3.500 millones de dólares en estas transacciones, un 25% más que el año anterior. Estas iniciativas, que brotan en diversos puntos y son llevadas a cabo por pequeños grupos de personas, favorecen el desarrollo humano.
¿Cómo se concreta este análisis más abstracto y global? Por ejemplo, si compartes Internet, pagas la mitad del servicio. El margen de ahorro, la otra mitad, puedes invertirlo en otros servicios o bienes que mejoran tu nivel de vida. Así, aumentan tus opciones de elegir la vida que quieres llevar y que a veces el mercado tradicional no te permite.
Están cambiando el paradigma de economía tradicional por el consumo sin intermediarios, fracturando la cultura del “usar y tirar”. ¿Por qué es algo novedoso? Porque está ocurriendo en los países desarrollados, donde se ideó y desde donde se extendió ese modelo de hiperconsumo, que posteriormente se extendió a otros países como modelo de desarrollo.
La preocupación por la sostenibilidad del medio ambiente y la nueva situación en Europa ha hecho que la colaboración empiece a ser mainstream. La reducción de los servicios públicos, la necesidad de ahorro y la falta de opciones para los jóvenes son causas y a la vez catalizadores de estas nuevas formas.
Sin embargo, esta práctica existía antes del TEDx de Rachel Botsman y de la crisis en Europa y EEUU. Esta es la cultura y forma de vida en muchas sociedades de América Latina y África, donde la luz se comparte entre vecinos, las maletas se arreglan y los negocios alargan la vida útil de los productos.
Educación y Cooperación
En el ámbito de la Educación, Coursera es una revolución en la formación on line con más de 500 cursos de diferentes temáticas de más de 80 universidades del mundo accesibles en la plataforma. En el mundo editorial, 15 de los 100 best sellers británicos del 2012 fueron auto-publicados.
La Cooperación para el Desarrollo, cuyo papel responde al deber de los Estados de cooperar mutuamente para lograr el desarrollo de sus ciudadanos (Declaración del Derecho al Desarrollo de la ONU) también reúne ejemplos de colaboración apoyados en Internet y las nuevas tecnologías.
Por ejemplo, el proceso de consultas “El futuro que queremos” por el que se están decidiendo los objetivos de desarrollo tras 2015 (fecha concretada para alcanzar los ODM), se está construyendo on line con la participación de los ciudadanos, pudiendo consultarse a través de su web www.worldwewant2015.org/es
También las organizaciones están abriendo procesos amplios para compartir datos sobre temáticas comunes. Por ejemplo, la OMS y UNICEF han establecido una base de datos mundial sobre mortalidad infantil: www.childmortality.org
Todos estos ejemplos descansan en la colaboración entre personas como principio para conseguir un fin, transgrediendo el hiperconsumo ideado en Occidente y aplicado de manera universal. Este modelo, base organizativa en muchas comunidades y culturas del mundo, se abre camino en Europa como “nuevo” pensamiento que se expresa en diferentes ámbitos y que sigue cobrando valor gracias a las comunidades como TEDx y a los gurús de lo colaborativo.
Una vez más: ¿Tiene que cobrar valor desde Occidente para convertirse en nuevo paradigma de desarrollo?
Fuente: United Explanations