Bayer compra a Monsanto por 66 mil millones de dólares
Bayer llegó a convertirse en la más importante en la producción de organismos genéticamente modificados y otros productos agrícolas después de comprar Monsanto por la suma de 66 mil millones de dólares.
En la Argentina, Monsanto tiene presencia hace más de seis décadas, pero ha sido desde comienzos del siglo XXI que su accionar ha sido cada vez más preponderante debido a la sojización del campo nacional, cultiva que ocupa poco menos del 60 por ciento de las tierras cultivables, gracias a la venta de la soja RR, genéticamente modificada, y al pesticida glifosato.
Sin embargo, esta empresa ha sido fuertemente cuestionada debido a lo altamente contaminantes que son sus principales productos, que ha llevado a la multiplicación de diversos tipos de enfermedades en las poblaciones más cercanas a los campos cultivados con soja y rociados con glifosato, pero también por su agresiva política comercial, que obliga a los productores a pagarles regalías año tras año, luego de cada siembra, y desconocen así el derecho a acaparar semillas.
La empresa cuenta con 720 empleados directos, a los que se les suma, en época de cosecha 2500 adicionales, que operan en sus cinco cinco plantas procesadoras de semillas, herbicidas y dos estaciones experimentales: Estación Experimental Camet y Estación Experimental Fontezuela.
Cabe destacar que otra planta proyectada por la firma sigue siendo evitada por los pobladores de Malvinas Argentinas, Córdoba, por el enorme riesgo que esto implicará para la comunidad.
Los transgénicos en el centro de la escena
Recientemente la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció que el glifosato se “clasifica como probable carcinógeno para los seres humanos” en base al análisis de estudios de la exposición realizados en EE.UU., Canadá y Suecia desde 2001, que aportaron “pruebas limitadas” de que el glifosato puede provocar el linfoma no Hodgkin en seres humanos.
Otros estudios reflejaron el enorme daño generado por el consumo de OGM en ratones de laboratorio, desarrollando gran cantidad de cánceres, sino también en los trabajadores de los campos de soja tratados con herbicidas de Monsanto, padeciendo daños en su ADN y elevados niveles de muerte de sus células.
Fuente: Ansol