El Impeachment de Brasil afectará a la industria metalúrgica nacional
Brasil es un mercado central para la industria cordobesa y para las metalúrgicas en particular. La crisis no sólo provocó la caída de los pedidos a los autopartistas locales. Para peor, esta misma situación hizo que los autopartistas brasileños se convirtieran en una dura competencia para la industria nacional, no sólo por la lógica defensa de su mercado interno, sino porque buscan más negocios en la Argentina.
Así lo asegura la presidenta de la Cámara de Industriales Metalúrgicos y Componentes de Córdoba, Isabel Martínez, para quien la situación y el futuro de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, se ha constituido en una gran fuente de preocupación.
– ¿Brasil ha sido un duro golpe para la industria?
– Sí, está generando mucha preocupación, por la caída en los pedidos. Brasil está muy mal y si no se define el problema político, es difícil que arranque la economía, que todavía parece no haber llegado al piso. Hasta que no encuentre ese piso, la preocupación será continua. El problema es que, al tener un mercado interno tan deprimido, se está convirtiendo en un fuerte competidor.
– ¿Por qué?
– Porque ahora tiene mucha capacidad ociosa; como devaluó, tiene menos costos en dólares y ahora quiere venderle a la Argentina. Y como no se hizo nada para compensar la pérdida de competitividad, a la industria local la encuentra en una situación muy débil. Es más, estamos viendo un escenario muy parecido al de 2001.
– ¿Tan complicado es?
– Claro. De hecho, estamos viendo que aparecen nuevos modelos que se producirán en Córdoba, pero Brasil se está quedando con muchos de estos proyectos. Es más, estamos observando que muchas autopartistas locales están planeando tomar pedidos desde Brasil y no desde Argentina, porque allá están en un mejor nivel de competitividad.
– Para la industria, ¿es una buena noticia que avance el juicio político?
– Lo importante es que la crisis se resuelva. Si ahora la definición pasa al Senado, la presidenta Dilma Rousseff podría ser suspendida por 180 días, marco en el cual debe asumir el vicepresidente. Esto quiere decir que este año la economía brasileña no va a arrancar (n. de R.: se proyecta que sufrirá una caída de 3,8 por ciento, según el Fondo Monetario Internacional).
– ¿La salida no se ve todavía en el horizonte?
– No hay un horizonte cercano de recuperación, por lo menos hasta el primer semestre del año que viene. Pero Brasil es muy grande; cuando empiece su salida política, rápidamente va encauzar su economía. Mientras tanto, va a ser una competencia muy dura por lo menos por 12 meses. Argentina tiene que actuar rápido y aprovechar esta buena imagen internacional para captar inversiones.
Fuente: Mundo Empresarial