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“No se puede producir alimentos envenenando la tierra”

Remo Vénica, miembro de Naturaleza Viva, cuenta que la organización de agroecología biodinámica tiene como misión la producción de alimentos sanos y lograr la sustentabilidad ecológica, económica y social.

Agroecológica-Biodinámica es un sistema de manejo agrícola que tiene por objetivo producir alimentos sanos, de alto valor biológico y nutricional, libres de contaminantes y antibióticos, al potenciar los recursos naturales y preservar el medio ambiente al mismo tiempo que se valoriza el trabajo del hombre de forma armónica con las fuerzas de la tierra y el cosmos.

Naturaleza Viva es una granja ubicada en Guadalupe, provincia de Santa Fe, que ha adoptado estos principios para desarrollar el proceso de producción, transformación e incluso comercialización de sus productos. Con más de quince años de antiguedad, Naturaleza Viva forma parte de la Asociación para la Producción Biodinámica (ABDA).

Remo Vénica es parte de una de las quince familias que -con carácter asociativo- llevan adelante este trabajo que además es su estilo de vida. Sostiene que participar de toda la cadena de la producción permite lograr mayor eficiencia, eficacia y calidad, además de una relación directa entre quien produce y quien consume.

Explica que la biodinámica “es una ciencia, una tecnología, que parte de un vínculo muy estrecho a las fuerzas de la vida, de la naturaleza y que además tiene una cosmovisión respecto de los seres vivos del planeta”. “Tenemos un manejo del suelo, una dinámica del trabajo con una estrecha relación con todos los seres y nos manejamos con un calendario que indica la influencia cósmica para las plantaciones que hacemos”, plantea.

A partir de lo que se produce se hace la transformación. Naturaleza Viva tiene un tambo productor de lácteos, cultivo de lino y girasol, donde se produce aceite, harina de trigo y de maíz. La producción es a nivel artesanal y, en el caso del aceite, de microindustria. Siempre libres de agroquímicos, en el caso de las plantaciones y sin antibióticos, en lo vinculado a la leche. Entre las técnicas implementadas se encuentran el pastoreo rotativo intensivo, la producción de biomasa, abonos verdes y plantaciones rotativas para potenciar la fertilidad de la tierra.

Preguntado por la relación con el Estado, Vénica comentó que con el gobierno anterior recibían un incentivo, “fundamentalmente en los aportes a la distribución del calendario biodinámico para los agricultores familiares, indígenas del país que hacían una producción del calendario a gran escala”. “Este año notamos la diferencia”, comenta, “porque eso no sucedió. Pero igual seguimos multiplicando a través de Misiones, que es un gobierno que está apoyando fuertemente la agricultura familiar. Es una de las primeras provincias que tiene una ley de promoción a la agroecología”.

Con relación a la comercialización relató que en un principio se hacía con las localidades vecinas pero que hoy sus productos se comercian en 20 lugares de la Argentina, por medio de redes directas desde el productor al consumidor. “Creemos que el establecimiento de redes es importante para el cambio de paradigma, para el cambio de sociedad”, añadió.

Remontándose a los orígenes, Vénica comentó que se han tenido diversos inconvenientes para poder comercializar sus productos cuando no se tenía la suficiente investigación y las pruebas relativas a la alta calidad de los productos; desde el punto de vista del consumo humano. Sin embargo “lo hemos superado con una fluida relación con la universidad del litoral con la que hemos estado trabajando conjuntamente para resolver las cuestiones legales que nos impedían comercializar”.

Vénica es un militante de la agricultura orgánica. Para él pensar en una agricultura orgánica para cubrir las necesidades de un país “no solo es posible, sino que es necesario e imprescindible”. “Es contradictorio producir alimentos y echar agroquímicos, venenos, herbicidas, que son residuos que perjudican la salud humana y el ecosistema, es decir, la pachamama”. “Estamos ante una crisis terminal respecto del sistema de producción. No va a ser posible continuar produciendo alimentos envenenando la tierra y los alimentos mismos”, sostuvo.

En este sentido, rescató la evolución que al respecto se está teniendo desde los organismos internacionales y se refirió a la invitación que le cursaron para asistir al primer simposio internacional de agroecología de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Roma. El mismo fue definido por su director general como un espacio para repensar y rediscutir una agricultura que pueda resolver los temas del hambre del mundo porque “la revolución verde fue incapaz de resolver el hambre del mundo”.

Al respecto, el integrante de Naturaleza Viva expresó: “Hoy hay un fuerte impulso de la agroecología, de la biodinámica, de la permacultura para resolver este gran escollo que vive el mundo que es la producción de alimentos teniendo en cuenta la preservación del planeta tierra que es nuestra casa común”. “Pero lo estamos demostrando muchos agricultores ecológicos, de la permacultura, en el país y en el mundo. Porque esta agricultura preserva la fertilidad de la tierra mientras que la otra agricultura envenena la tierra y envenena a las personas”.

Para Vénica el problema se podría resolver con una “neo-ruralidad” y en ese sentido explicó: “Necesitamos como mínimo cuatro millones de familias para repoblar el campo y resolver los problemas de la ciudad, de la alimentación y de la madre tierra”.

Sin desconocer que en Argentina existe un gran problema respecto de la propiedad de la tierra, el especialista afirmó que “es necesario rediscutir todo lo que es el modelo de desarrollo rural, de desarrollo del país. Es posible repoblar el campo a través de políticas públicas”. “Tenemos que repensar el sistema educativo. Las escuelas secundarias y las universidades tienen que estar replanteando fuertemente este tema. Tienen que dejar de formar ingenieros agrónomos para vender agroquímicos y formar verdaderamente personas capaces de generar la transformación que Argentina y el mundo necesitan”, continuó. Y concluyó: “No es un problema de argentina, es un problema del mundo”.

Fuente: Notas.org

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