Paraguay: Qué son los transgénicos y por qué el consumidor debe ser quien decida
En el seminario “Tenemos derecho a saber qué comemos” se conversó sobre los detalles del proyecto ley que obliga a la industria alimenticia a declarar en la etiqueta de sus alimentos si éstos tienen derivados de transgénicos.
La propuesta de ley partió del colectivo Ñamoseke Monsanto y la fundamenta en los derechos a la información, a la alimentación adecuada y al principio precautorio de la salud.
La difusión de la actividad volvió a despertar la polémica que existe en torno a los alimentos transgénicos y nos recuerda que a nivel mundial ese debate está en un estadio de controversia científica, al tener sus defensores y sus detractores, cada sector respaldado por estudios científicos.
¿Qué es un alimento transgénico?
Un alimento transgénico es aquel que proviene de cultivos transgénicos, que fueron cultivados desde semillas fabricadas en laboratorio a partir de la combinación de genes de dos elementos, que comúnmente suelen pueden ser plantas, bacterias o animales…
En laboratorio, por ejemplo, se creó una papa resistente a bajas temperaturas introduciendo en la cadena genética de la papa el gen de un pescado de clima frío; se creó una soja resistente al herbicida glifosato introduciendo en la cadena genética de la soja el gen de una bacteria; se creó un maíz con su propio insecticida introduciendo en la cadena genética del maíz el gen de una bacteria insecticida…
En Paraguay existen cultivos transgénicos de soja, maíz y algodón, pero en el mundo hay 385 distintos cultivos transgénicos, en su mayoría destinados a la alimentación humana o animal, que la industria alimenticia fue introduciendo en sus productos.
Se estima que al menos un 60% de los alimentos transformados tiene como ingredientes alimentos transgénicos o derivados, especialmente agregados de la soja y el maíz (harinas, emulsionantes, colorantes, jarabes, proteínas…) (ver aquí).
Los alimentos más comunes de contener ingredientes transgénicos suelen ser los snacks, galletitas, leches en polvo, lácteos, golosinas, dulces, bebidas gaseosas, carnes procesadas, panificados, aceites, jugos empaquetados…
Controversia científica mundial
Para ciertos sectores científicos la biotecnología y sus transgénicos son de gran ayuda para tener una agricultura más controlable por el ser humano y alimentos más adaptados a condiciones adversas. Además los mismos defienden la inocuidad de los transgénicos.
Para otros sectores científicos, el problema radica en que se vuelve impredecible controlar la conducta genética de los cultivos transgénicos resultantes, y esto deviene en enfermedades de desorden celular como cánceres , enfermedades de la sangre y alergias, principalmente.
Lo que hay que señalar es que muchas de las investigaciones a favor perdieron legitimidad al contar con financiación de las mismas empresas de biotecnología.
En el interior de organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) también se expresa esta controversia. Todavía más por que cada día saltan nuevos resultados.
El gran cuestionamiento de amplios sectores del mundo hacia la tecnología transgénica es que está asociada a una matriz productiva que antepone a todo el lucro comercial, que implica la destrucción del equilibrio ambiental, el desplazamiento de comunidades rurales, el acaparamiento de tierras, la vulneración de derechos elementales de las comunidades y la utilización, en combinación con las semillas transgénicas, de millones de litros de agrotóxicos.
De hecho, los cultivos transgénicos más difundidos en el mundo son aquellos creados en laboratorio para sobrevivir a fumigaciones de herbicidas, por lo que la misma empresa vende en combo las semillas y los herbicidas. Este es el caso de la soja transgénica.
En esta realidad mundial, los países que profundizaron este debate decidieron en muchos casos hacer prevalecer al principio precautorio de la salud en sus territorios, prohibiendo los cultivos transgénicos
Este principio de salud pública sostiene que cuando hay dudas, cuando no se tiene certeza de cómo reaccionará algún fenómeno en la salud de las personas, se precautela el el derecho de las personas.
Otros países tomaron medidas paliativas , dejando la decisión final en manos de los consumidores y consumidoras, como el caso de Brasil, Ecuador, Uruguay (solo Montevideo) y Bolivia en la región.
Además de estos países mencionados, la Unión Europea, Estados Unidos, Rusia, China, Australia, Nueva Zelanda, Japón, Noruega, Suiza y Arabia Saudita cuentan actualmente con la ley de etiquetado de alimentos transgénicos.
Fuente: Biodiversidad de América Latina y el Caribe